La frase última que acabamos de escuchar a Jesús es muy conocida. Ningún comentarista de la Biblia duda de su autenticidad. Al contrario piensan que es la sentencia que mejor refleja la postura de Jesús ante el dinero. Además, la claridad y la contundencia con que Jesús se expresa excluye todo intento de suavizar su sentido: “No podéis servir a Dios y al dinero”.