Querida Comunidad grande:
Es grande nuestro dolor, es
mucho y duro el trabajo que nos espera, pero de lo que sí estamos seguros es
que juntos podemos levantar de nuevo nuestras rostros y fijar la mirada en
Cristo, sentir con la Iglesia, como "comunidad de discípulos de Jesús,
encarnada en la historia humana..." y "Sentir con el mundo,
agradecidos por las riquezas de la creación y por los progresos del hombre,
compadecidos de sus miserias y necesidades, comprometidos con su liberación
integral" (Nuestro Carisma nº 5). Gracias a todos por la cercanía, por los
aportes, nos sentimos realmente fortalecidos, hagamos posible que el Espíritu
que si habita en todos y cada uno de los seres que habitan en este planeta, nos
conduzca a un final para Mayor Gloria.
Abrazos en el Señor
CEN CVX PY